Precalentar el horno a 180º de convección.
Limpiar la remolacha con un cepillo bajo el grifo. A continuación, retire el tallo, ¡no lo pele!
Utilizar una cortadora para cortar la remolacha en rodajas finas de unos 2 mm. Colócalo en un bol y mézclalo con 1 cucharadita de aceite de oliva y las especias que prefieras (a mí me gusta más con sal). ¡Es mejor trabajar con guantes todo el tiempo!
Ahora coloque las rebanadas una al lado de la otra en la bandeja para hornear. Asegúrate de que no se tocan entre sí. A continuación, pon las patatas fritas en el horno. Al principio se formará humedad, por lo que hay que "ventilar" el horno regularmente. Esto es fácil de hacer abriendo la puerta brevemente y volviéndola a cerrar.
Ahora depende de su horno. La primera vez, lo mejor es ponerse delante y observar. A veces las patatas fritas están listas después de 10 minutos, en otros hornos necesitan 20 minutos. Se queman muy rápido. Están hechas cuando las puntas se curvan hacia arriba.
